Hay momentos en la vida de profundo dolor; para nadie es fácil la perdida de un familiar. Decir adiós y saber que no podrás verlo sonreír, abrazarlo, simplemente saber que no va estar mañana allí hace que sea tan difícil aceptar la voluntad de Dios, hace tan complicado aceptar la perdida. El ser humano suele tener tanto cariño a sus familiares y allegados a tal punto de crear vínculos que no rompen ni el tiempo ni la distancia. y eso es hace difícil decir adiós cuando parten de esta tierra.
Pero a pesar de todo, es bonito poder recordar los buenos momentos que se compartieron con esa persona, todo lo que se pudo disfrutar, las sonrisas, es muy lindo. Porque como he dicho muchas veces, no debemos decir adiós sino hasta luego, porque en algún momento hemos de reunirnos con él y con todos los que ya se han ido de esta tierra, y aunque muchos no crean en el paraíso, yo creo que allá nos hemos de encontrar. Y como dice una de mis canciones favoritas de Mago de Oz en su canción Desde Mi Cielo "Vivo cada vez que habláis de mí, y muero otra vez si lloráis, y he aprendido al fin a disfrutar y soy Feliz". Por eso y mucho más, recordemos los momentos tan agradables llenos de sonrisas, los momentos en los que estuvimos con esa persona, porque como decimos mucho, ahora están en un lugar mejor.
La tristeza es inevitable, pero debemos continuar avanzando, y sonreír porque nosotros aun tenemos mucho que vivir y que disfrutar. Aun hay muchos con los que compartir, y bellos momentos que vivir. Así que disfrutemos la vida mientras podamos, porque no sabemos cuando nos toque partir.
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